El problema de plantear un reto es asociar una serie de entrenamientos y un programa específico para ese objetivo y olvidarse del resto. Más importante es el estilo de vida y los entrenamientos que el objetivo final. Es a raíz de ese lifestyle del que surgen necesidades… algo que urge y llama a ser logrado. A otro nivel, en su momento lo fueron correr 10k ‘under 44 minutos’, conseguir los primeros 20km… correr por todo el mundo, hacer una maratón… atravesar montañas, superar los 42k…
Si te estás planteando un reto, el único consejo directo que daré es que escojas TU RETO. Es muy fácil difuminar la línea de tu próxima meta con lo que tu círculo (de amigos, familiares, compañeros de entrenamiento…) espera que hagas o de lo que es «normal» hacer progresivamente. Quizá en otro momento sería normal certificar que puedo bajar los 39 minutos en los 10 km, bajar el tiempo de la maratón, o pasar a triatlón si también estoy acostumbrado a salidas en bici o nadar varias veces a la semana. ¿Es eso lo que realmente quiero?
Ahora mismo tengo la necesidad de «subir montañas» y de «correr extremedamente largas distancias». A partir de aquí, ya os imaginaréis qué retos estoy planteándome en un futuro. Ese futuro, ese plazo que normalmente suele ser muy concreto y en base a un «programa de preparación» es el que no sé, ni me preocupa. Como pasó con la maratón u otros objetivos, todo vendrá de forma natural. Un día desperté y corrí 42km como si fuera algo normal. Espero decir lo mismo el día que me levante y consiga…
La pregunta más importante en lugar de «qué conseguir» es «por qué conseguirlo».
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