Corriendo en Gambia Ruta - Gambia - Vuelta al Mundo

Correr en Gambia

En 2008 viajé a Gambia a pasar unos 10 días de “a ver qué pasa ahí”; medio relax medio aventura. El relax tenía un nombre: Sheraton. Un hotel de lujo apartado del resto de hoteles, y por tanto, del bullicio turístico (primera y única vez que he estado en un hotel así).

Una forma también de descubrir un país y un continente nuevo. La primera vez que salí a correr desde el Sheraton era temprano por la mañana y cuando llevaba 15 minutos me di cuenta de dónde estaba: un país del que no conocía prácticamente nada, que me había alejado de los límites del hotel (y entre el siguiente núcleo de población había un rato), que estaba solo y el panorama de lujo del hotel se convertía en chozas abandonadas y algún perro con la misma suerte. Continué un poco más y di media vuelta.

La siguiente vez cogí el sentido contrario y vaya cambio. Crucé varias preciosas y desiertas calas, me topé justó con una playa donde sacaban y metían barcas para ir a pescar (y justo en ese momento) y en general un recorrido más que agradable. Pero lo más divertido fue la gente. Desde los pescadores que me miraban mientras arreglaban las barcas hasta un grupo de jóvenes que se estaban entrenando (parecía un equipo de 5 personas) con los que me crucé y me llegaron a decir algo que no entendí. Para rizar el rizo, tuve un inesperado acompañante de carrera. Uno de esos pesados lugareños, se puso a correr a mi lado y darme conversación. Me encantó. No charlamos de nada especial: de dónde era, blabla… le reté a una carrera corta y gané. Para comprobar si se había dejado ganar subí un poco el ritmo y al poco me dijo que corría muy bien que él no podía tanto porque “mucho Bob Marley” mientras se tocaba el pecho. En fin, aunque estaba corriendo descalzo, le dije que se esperase y fui a la habitación del hotel a por mis Saucony y poder regalárselas.

Obviamente, ni la velocidad, ni la distancia, ni nada era importante. Además que por ese entonces no me lo tomaba en serio como ahora, lo importante era esa gente y esas anécdotas.