El daño de buscar excusas
Todo por el miedo al fracaso. Eso son las excusas, un sistema de autodefensa para proteger nuestra autoestima.
Una de las excusas más utilizadas es «no me esforcé demasiado». De esa forma, si no logramos nuestro objetivo está «bien», siempre hay margen. Si lo conseguimos, somos supergeniales y dotados con algo especial.
El problema de excusarte así (diciéndolo o haciéndolo de forma efecta) es que lleva a probar retos menores, menos persistencia en los intentos y en general menor rendimiento en los ejercicios
Pero hay un segundo problema más sutil: el bajo rendimiento de los siguientes entrenamientos. Este tipo de excusas afecta también a la motivación para posteriores ejercicios disminuyéndola.
La delgada línea entre la explicación y la excusa.
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