Corriendo la Cursa de la Mercè 2010
Llegó el día. Mi primera carrera oficial. Comenté que mi entrenamiento había sufrido altibajos y me presentaba a la Cursa de la Mercè sin haber corrido los últimos 3 días y con la presión de obtener una buena marca (personal claro).
Al recoger el dorsal dos días antes sentí ese cosquilleo de la competición, del deporte; me entraron ganas de correr. En la línea de salida tenía ese sentimiento. La gente saludando a conocidos, estirando, últimos preparativos. Había decidido 24 horas antes que iría sin música así que escuchaba todo el ambiente. Esperamos… y finalmente comenzó la salida.
Iba avisado y tenía miedo de la gente, del tumultuoso inicio de la carrera. Fue menos dramático de lo esperado y con fijarse un poco en varios corredores te quedas con el truco ya sea «el carril de los rápidos» o correr por la acera un tramo. No era mucho tramo conflictivo, solo al llegar hasta Gran Vía, pero es de los trozos que te fastidian el ritmo, te desconcentran o te bajan la media en cuanto al tiempo global. Pero pasado ese trozo, sin problemas. Además, me situé en uno de los lados de la calle con los coches aparcados a un sitio y un lado menos del que te tienes que preocupar por el que vaya a molestarte otro corredor.
Durante la carrera tuve de todo, el peor momento estuvo sobre el km 5,5 en el que pensaba que estaba haciendo un tiempo rozando lo lamentable y me dio bajón. Tantas conversaciones, tanto entrenamiento para luego conseguir un modesto registro. No sé cuánto me duró esa sensación hasta que cogí otra vez las riendas de mi cabeza y aumenté el ritmo. Al poco me di cuenta que en realidad estaba haciendo un tiempo bastante increíble y el mejor de mis carreras hasta el momento.
Como tenía pensado, subiendo el Paral·lel a eso del km 9 y de subida y casi al final de la carrera aumenté el ritmo de una forma insana. Me dio confianza sentirme tan bien y tan «sobrado» adelantando a todo el mundo. Una máquina. Obviamente, no duré mucho así y al cabo de 500 metros bajé el ritmo. Recuperé fuerzas e hice un sprint final antes de la línea de meta. Smooth as planned.
Resultado: menos de 45 minutos para hacer los 10km. y mejor marca personal.
Terminé la carrera con un «ok, ya está hecho. otra cosa». No fue hasta el cabo de un rato en el que fui consciente de lo que había conseguido y comencé a sentirme eufórico.
Objetivo cumplido y el gran recuerdo de mi primera carrera oficial 🙂
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