El ser humano tiende a mostrar un exceso de confianza. Se embarca en aventuras de pérdida de peso con las mismas esperanzas y puntos de vista tras fracasar antes en múltiples ocasiones. Los ludópatas creen que conseguirán saltar la banca a pesar de un histórico de perdidas constantes. Todos somos seducidos por la gran mentira de planificar un evento o calcular mal el tiempo necesario para conseguir un objetivo concreto.

Por qué nos ocurre esto? Una reciente investigación reveló la creencia de que la voluntad de uno será más fuerte en el futuro. Dicho de otra forma, el futuro es un abanico con infinidad de resultados aunque sea el pasado el que te proporciona lo ocurrido realmente.

El problema reside en la gran confianza que adquiere una persona que se basa simplemente “la próxima vez lo haré mejor”. Esas personas lo afrontan con optimismo y se escudan en lo desconocido del futuro y en su control de lo que ocurrirá  donde las cosas serán distintas esa vez.

Y además del control sobre el futuro pensamos que la fuerza de voluntad adquiere mayor solidez en el futuro.

 Hay quien aprende de sus errores, es optimista y confiado en un planteamiento de repetir un reto donde falló anteriormente como el bajar de peso “Mis anteriores dietas no me funcionaron para bajar de peso pero esta vez será la buena”. Es cierto que ocasionalmente hay personas que aprenden de los errores del pasado, pero normalmente sobrevaloran su capacidad real de aprendizaje sobre si mismos. Su error es infravalorar situaciones incontrolables (o no tanto) que les llevaron a fracasar en anteriores intentos.

 Es muy tentador planificar al detalle múltiples desafíos y evitar determinadas situaciones pero en nuestros detalles debemos tener en cuenta esas situaciones incontrolables y pensamientos irracionales. Conocer el núcleo del problema es solo media batalla.